jueves, 30 de septiembre de 2010

Libre determinación, el camino de la dignidad india. Mario Agreda - I¨ktomizi (araña amarilla)


Hay una acusación que esta calando en la sociedad europea por medio de la prensa internacional y clase política donde se esta lanzando el mensaje que un gobierno indígena representa mas de lo mismo, y que su política es caudillista, estática, inmovilista y atrasada en el tiempo y asimismo que no aporta nada para mejorar la vida de sus ciudadanos alli donde gobierna.

El gobierno de Evo Morales, de quien se trata, debe recuperar la demanda autonómica ya que esta es una tarea central, se trata de una descentralización del estado, con equidad en la distribución de los recursos y con responsabilidad y solidaridad entre las regiones que conforman la nación.

Falta una real comprensión de la lucha de los pueblos indios.

El gobierno entendió “autonomías” bajo el significado que le daba la elite, como la preservación de su poder económico y político.

Las autonomías tienen otros significados no contenidos en esta visión hegemónica:

la autodeterminación por parte de los pueblos indios, la descentralización político administrativa, una redistribución más justa del excedente, la reivindicación de identidades culturales urbanas etc.

La autonomía indígena, de la que hoy se habla tanto, tiene implicación y recurrencia profundamente coloniales, es un dogal centralista, puesto que la mayoría de los habitantes del Kollasuyo es pueblo indio.

“El pleito más fuerte para buscar nuestra autonomía no está afuera, está adentro (de las comunidades), porque mucha gente ha perdido el rumbo ideológico de los abuelos, ya piensa como cualquier capitalista, ya no piensa en cómo era la vida antes”, afirmó Pedro Victoriano, de la radio comunitaria Purépecha “Xiranhua” de Michoacán.

“Para llegar a los acuerdos es necesaria esa palabra que para nuestra organización es bien importante: el consenso.

Sabemos que el consenso para nosotros es una vez que se dice la palabra, la opinión, la reflexión, el modo de pensar, y no se realiza a través de levantar las manos y hacer una especie de votación, porque para la cultura nuestra de los pueblos indios de México no es eso, sino a través del consenso.

Es por eso que algunos detalles no concuerdan con las leyes que aplican los malos gobiernos”, indicó Campanur.

Asesores españoles que inspirados en la teorica de desarrollo de las autonomias hispanas, buscan una salida en los Andes fuera del referente indianista

y pretenden dar un camino ideal con la continuidad de una institución colonialista, cuya pretensión siempre con la venia de Evo Morales, es crear una autonomía al estilo español que no es ni mas ni menos que servir a un sistema de opresión colonial, disfrazado de autonomía indígena que solo sirve al “ capitalismo andino”.

El gobierno de los Estados Unidos siempre tuvo como objetivo fortificar a los Luneros Branco Marinkovi y Ruben Costa, empresarios de pelaje empresarial cuyo dios el es dinero, cuyo fin y proyecto es un golpe de estado, acompañado de un secesionismo para crear un estado dentro de otro estado.

A estos se les deben aplicar los metodos de la justicia andina y que es lo que hace Evo Morales para contrarestarles, nada mas ni nada menos que resistiendo al opresor con su mezcla de marxismo, indigenismo de origen Linera su vicepresidente, y un nacionalismo de piquete.

James Petras previno que un presidente “indígena” y “humilde” no garantiza un verdadero cambio político, y Andrés Soliz Rada, dijo que detrás de ciertos mitos actuales, se esconden dos caras de una misma moneda, a saber, el poder y los interese subrepticios de las petroleras y las ONG.

Entre las ONGs y agencias de cooperación que financiaron la capacitación, las actividades y otros estudios relacionados con la Asamblea Constituyente por distintos medios, se encuentran OXFAM (Reino Unido), HIVOS (Países Bajos), DANIDA e IBIS (Dinamarca), GTZ (Alemania), AECI (España), etc. Pero además USAID (Estados Unidos), que según su propio portal habría brindado capacitación a candidatos a asambleístas y asambleístas electos.

Durante los recientes escándalos entre Álvaro Uribe y Rafael Correa, Hugo Chávez y el Rey de España, Evo Morales guardó silencios sepulcrales.

Esto tampoco fue casual, y en tales acontecimientos, Morales enfatizó que para su Gobierno importan tanto las buenas relaciones con Chávez y Correa, como aquéllas con Uribe y la monarquía española.

Su nombre actual es George Soros nació en Budapest y es uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna que sobrepasa los 3000 millones de dólares, el más grande y exitoso especulador del planeta, que hizo quebrar varios bancos para lograr millonarias ganancias.

Uno de los casos más patéticos es la presencia en Bolivia del especulador más grande del planeta: George Soros, socio de bancos, minas y negocios turbios; traficante de armas y “financiador” de proyectos sociales.

Soros es socio de varias minas en Potosí y se proyecta como un verdadero dueño de esta región, aunque muy pocos escuchamos de él; menos aún conocemos sobre su relación con redes de bancos o su directa relación con uno de los grupos más poderosos del planeta, como es el Grupo Bilderberg.

En que queda la movilización de respaldo a Evo? Es la Constituyente un verdadero triunfo como nos lo estan vendiendo? Y pregunto;

1) El referéndum de tierras, no afectará a las dotaciones anteriores y entonces como se distribuirá las tierras a los que no la tiene, si no se eliminan a los latifundistas.

2) Los latifunsitas pueden poseer legalmente de 5.000 a 10000, SI o NO.

3) Se mantienen los senadores , que la nueva constitución eliminaba, y además se les aumenta a cuatro no a dos como es actualmente.

4) El proyecto de constitución establecía mayoría absoluta, ahora se vuelve a los dos tercios.

5) Se reconocia a la justicia comunitaria, ahora esta restringida.

Pero es necesario clarificar esta visión sobre lo que significa el “poder político indígena” y aclarar que el “Indianismo” no tiene ningún poder político como estado en Abya Yala,

puesto que en el caso de Evo Morales , este tiene, es cierto, cara de indio pero no es un gobierno indianista

y la mejor muestra viene de Nuestro hermano Constatino Lima- Takir Mamani, el destacado líder indio aymara, que a sus 75 años se mantiene consecuente con sus ideas y principios siendo un referente en la lucha indianista,su fortaleza,convicción y elocuencia constituyen un ejemplo para las generaciones futuras de eso sabemos los que lo conocemos y hemos compartido muchas lunas juntos.

Al recibir la mas alta distinción del gobierno boliviano “ El Cóndor de los Andes” por cierto sin la presencia de Evo Morales ni su ministro Choquehuanca, Constantino en su discurso lo dice con meridiana claridad;...

“En estos momentos hay que ser franco, nuestro hermano Evo Morales Ayma esta en el gobierno, evidentemente NO SIENDO INDIANISTA, pero con el voto del pueblo indio, esto fue lo decidido.

Pero este gobierno es sólo un gobierno de transición para la toma del poder político indianista para los hermanos , quechuas, aymaras, tupí-guaranies”.

Sabias palabras para algunos dirigentes indios que no saben por donde caminan y si lo saben siguen el juego indigenista.

El discurso del hermano Constantino Lima-Takir mamani se puede escuchar al completo en:

http://www.rree.gov.bo/webmre/prensa//d92.mp3

Rapanui

Soy Rapanuí, esta es mi tierra y soy autónomo en mi resistencia, y nuestra tierra, Rapanui, es una nación soberana y que existe sin estar ligado con Chile.

Pero Chile a hecho de Rapanui, un esclavo de su sistema. (Santi Hitorangi).

¿Qué entendemos los pueblos de Abya Yala como Libre Determinación?

Hay cientos de papeles escritos, la mayoría de ellos en la cesta de las papeleras, otras con la vista mirando a otro lado, la mayoría con el derecho romano en la mano, y los actuales gobiernos llenándose la boca con la palabra democracia, sin pensar que este es un medio nunca un fín.

La hermana Victoria Tauli Corpuz actual presidenta del Foro Permanente para los Pueblos Indígenas de la ONU y Directora Ejecutiva de Tebtebba Fundación, manifiesta desde su perspectiva...

que el diálogo activo y constante con la población dominante y las campañas de sensibilización y educación continuas con estas personas, así con los organismos gubernamentales son también otra forma de fortalecimiento para lograr nuestro derecho a la libre determinación…

¿Qué podría ser mas pacífico que tener una reunión cara a cara con las compañías, con los organismos gubernamentales, para darles a conocer quienes somos, cómo pensamos?.….

Además hay muchas maneras de ejercer la libre determinación….

Nosotros los indianistas no pensamos lo mismo, la confusión esta sobre el tema ideológico, político central, medular,

puesto que no conocemos en la historia de la humanidad que un opresor libere a un oprimido, eso no existe , ni existirá jamás y menos sentándose en la mesa de cinco tenedores.

Es bueno reflexionar sobre la “Memoria Histórica “ de nuestros mártires con nombres y apellidos que no dieron su vida para florituras dialécticas;

ellos y sólo ellos que dieron su sangre para sus hijos, fueron los que nos enseñaron el camino de la resistencia desde que cruzaron los Andes para “ayudar” al general San Martín, Sucre o Bolívar,

libertadores que respondían a su logia masónica, mientras los pueblos indios desangrándose para expulsar a la maquinaria de los españoles,

y los criollos creando las repúblicas que hoy conocemos y nuestr@s querid@s herman@s pagando un precio con el despojo de sus tierras, truncando la libertad india, remplazando a otro colonialismo y lo demás es sólo análisis de escritorio.

Mal vamos si justificamos al colonialismo interno y externo desde la versión dominante y de eso saben mucho los herman@s de Filipinas.

De paso estamos en condiciones de rechazar la postura del gobierno español que con la pretendida e inútil alianza de civilizaciones “coloca” desde el 1 de Enero de 2008 a un español “intelectual” para reforzar su presencia en el Foro Permanente de las Cuestiones Indígenas como representante de los gobiernos en dicho Foro, aunque el nos diga lo contrario y ahora que diran los hermanos que presiden el Foro Permanente? Y las organizaciones indias?

Bartolomé Clavero Salvador es un jurista e historiador español, especialista en historia del derecho y catedrático de la Universidad de Sevilla.

Ha sido elegido por los estados para integrar el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas a partir de enero de 2008.

Este camino es muy peligroso ya que reafirma un precedente dentro de la ONU para que personas o gobiernos “nos” coloquen a testaferros de gobiernos colonialistas como el español, y esto es muy grave puesto que este país tiene en estos momentos la mirada puesta en nuestras tierras para encajar su estrategia con las multinacionales con gran peso desestabilizador (Repsol, Prisa, BBVA, BSCH, Telefonica,etc etc)

Nosotros no estamos para conceptualizar perfiles jurídicos o democráticos, eso se lo dejamos a los eruditos en la materia, puesto que cuando el medico nos receta una aspirina para quitarnos el dolor de cabeza, para que no suframos, nosotros le respondemos que nuestro dolor es de justicia y libertad.

Y siguiendo las recomendaciones de las hermanas mujeres en la Red, “debemos despojarnos de la arista tecnócrata de las palabras”.

Clavero cuestiona a Chile por el convenio 169 de la ONU, pero no dice quien le paga, quien le puso en ese lugar y para que. Nos dice que es independiente, que está alli para abrirnos puertas y nosotros le explicamos nuestra posicion indianista.( conversación mantenida en la cafetería de la ONU en Ginebra)

Lo que me preocupa de las declaraciones de Clavero es que están dentro de una epistemología occidental que sigue la tendencia del desconocimiento del otro, como si fuèramos los pueblos indios sociedades sin pensamiento propio.

Dado que los principios de vida de los pueblos indios parten de concepciones distintas a las occidentales.

Recojo un análisis de José López, basado en escritos de diferentes autores sobre:

¿Autonomías o libre determinación?

...Existen experiencias de reconocimiento formal de autonomías territoriales de los pueblos indígenas en América (Panamá, Colombia Ecuador y Nicaragua entre otros), como también de autonomías no formales.

De lo que se trata es de garantizar el propio gobierno a una comunidad indígena dentro del ámbito de la soberanía del Estado.

En este sentido, cuando los Estados emplean el término “autonomía” se refieren a la capacidad que un grupo tiene para reglamentar un cierto número de actos que el Estado supervisa habitualmente.

Lo importante es destacar que los ámbitos de autonomía se definen Constitucionalmente o a través de la legislación interna, tal como se piensa para el proceso autonómico departamental que vive Bolivia.

Cuando los pueblos indígenas enfrentan su relación con el Estado desde la praxis y la teoría de las autonomías, saben que tienen que defenderse de las restricciones posibles y tienen que luchar por las ampliaciones necesarias para su buen desarrollo.

¿Pasaría lo mismo si los pueblos indígenas reivindicaran su derecho a la libre determinación antes que las autonomías? Ciertamente la situación de las autonomías y la libre determinación conllevan teorías y posibilidades totalmente diferentes.

_______ La importancia de ser “pueblo” para los pueblos indígenas

En el ámbito de las Naciones Unidas y el derecho internacional de los Derechos Humanos los pueblos indígenas han logrado recientemente ocupar espacios definitorios.

Desde 1970 las Naciones Unidas, a través de la Subcomisión de Prevención de Discriminación y Protección a las Minorías, que tuvo el mandato de elaborar una investigación sobre el problema de la discriminación de las poblaciones indígenas, comenzaron actividades en relación a las cuestiones indígenas.

El Relator especial, Sr. José Martínez Cobo, encargado de realizar este estudio presentó un informe revelador en 1986, en el que se desataca la alta vulnerabilidad de las poblaciones indígenas como grupos culturalmente diferenciados de otros grupos, además de describir algunas cualidades de los pueblos indígenas.

De este modo, a partir del informe “Martínez Cobo” se suscitaron variados y novedosos aportes sobre los pueblos indígenas que fueron confluyendo en la elaboración de normas jurídicas. Uno de los últimos y el más específico es el Convenio 169.

En dicho Convenio, al referirse a la capacidad jurídica de derecho internacional de los pueblos indígenas, se limita el concepto de “pueblo” referido a los pueblos indígenas al de simplemente “población”:

“La utilización del término pueblos en este Convenio no deberá interpretarse en el sentido de que tenga implicación alguna en lo que atañe a los derechos que pueda conferirse a dicho término en el derecho internacional.” (Art. 1, parr. 3).

¿En qué sentido se entiende el término “pueblo” para el derecho internacional?

El artículo 1 del Pacto sobre derechos civiles y políticos reconoce que “todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación…” y que en virtud de este derecho determinan su condición política y las bases de su desarrollo.

Esto significa que para el derecho internacional, según los Pactos de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, las sociedades designadas como “pueblos” tienen derecho a la libre determinación.

El contexto histórico del nacimiento de este artículo está signado por los procesos de descolonización.

Es decir, los Estados que se habían formado producto de la descolonización necesitaban reconocimiento internacional a su derecho de existir como tales, y esto involucra la no injerencia de otras fuerzas externas sobre su libertad.

Siendo éste el contexto, se llega a la afirmación que los derechos humanos adquieren una importancia política y jurídica primordial en la liberación de los pueblos sometidos, fundamentalmente, a procesos de colonización.

De este modo asumimos para nuestro análisis de los derechos humanos un “enfoque emancipatorio” (Germán Gutiérrez, 2000).

Según este enfoque el dinamismo de los derechos humanos depende no tanto de la capacidad imaginativa de los juristas, sino de las luchas emancipatorias de pueblos y comunidades, o, como diría Gutiérrez, de la influencia de los “nuevos movimientos sociales” actualmente.

Entre ellos están los movimientos indígenas que reivindican derechos de libre determinación y desarrollo.

Definitivamente la condición reclamada por las organizaciones indígenas es la de ser sujetos del derecho a la libre determinación como pueblos.

Hay dos interpretaciones del concepto “pueblo”. La primera proviene de una tradición política que identifica el concepto de pueblo con el conjunto de ciudadanos que conforman un país.

Por ejemplo el principio de que “la soberanía radica en el pueblo”, afirmada por los Estados modernos, como Bolivia, hace referencia al conjunto de personas identificadas con el país.

La segunda acepción del concepto pueblo está más cerca del concepto de “nación”.

Se identifica al pueblo con la nación, por tanto un pueblo o una nación es el conjunto de personas que comparte una misma historia, un mismo lenguaje y un sentimiento común. El significado de pueblo, según la primera acepción, está identificado inevitablemente con el Estado; es decir, el pueblo es soberano cuando ha logrado conformar un Estado. En cambio, en la segunda acepción, un pueblo o nación existe independientemente de si su opción política es la de formar un Estado o no, el vínculo no es necesario.

Ciertamente, si el contexto de la formación del derecho a la libre determinación de los pueblos es el de los procesos de descolonización, los pueblos indígenas tienen razones de sobra para afirmar que han sido (y de alguna manera lo siguen siendo) pueblos colonizados. Sin embargo, como asegura Stavenhagen (2003), no existen razones jurídicas para negarle a los pueblos indígenas ser sujetos del derecho a la libre determinación por su condición de pueblos, mas bien los argumentos en contra son políticos, dado el miedo de los gobiernos por el peligro a su soberanía e integridad territorial. La última palabra sobre este tema no se ha escrito; pero lo que sí está claro es la falta de definición que algunos instrumentos de derecho internacional, comenzando por la Carta de Naciones Unidas, dejan del concepto “pueblo”, aunque hayan reconocido como nuevo sujeto de derecho internacional a los pueblos.

¿Por qué esta falta de definición?: “Porque la situación que tenían en mente [los creadores de esos instrumentos] era el proceso de descolonización. Y en ese momento, todas las partes tenían interés de dejar en la indefinición el concepto de “pueblo” para que pudiera interpretarse en el sentido de “Estado nacional”. Las nacionalidades colonizadas querían reivindicar su derecho a convertirse en nuevos Estados nacionales, según el modelo de los occidentales, y éstos evitaban que los distintos “pueblos” que componían las colonias reivindicaran un autogobierno capaz de romper la unidad de las antiguas divisiones coloniales.” (Luis Villoro, 2002: 214).

La libre determinación de los pueblos indígenas: un principio fundamental del derecho internacional.

En la evolución del derecho internacional se pueden observar dos datos significativos. El primero muestra que el derecho internacional poco a poco está dejando de ser “eurocéntrico”; es decir, la mayoría de Estados que forman parte de la comunidad internacional son de Asia, África, América Latina, el Caribe y el Pacífico, que deja como resultado una apertura no sólo a nuevos actores estatales, sino al reflejo de nuevas aspiraciones y proyectos sociales. El segundo dato muestra que el derecho internacional está interesado en nuevos actores no estatales y en perspectivas no estatales; es decir, el derecho internacional ya no es meramente “estatocéntrico” y se afirma con más fuerza que la “personalidad jurídica internacional” ya no se limita a los Estados (James Anaya, 2005: 78-79).

De este contexto de vigorosa apertura del derecho internacional es parte importante el moderno movimiento de derechos humanos que busca revitalizar las cuestiones indígenas y convertirse en una fuerza significativa que defiende las aspiraciones de los pueblos indígenas. Así, las numerosas normas de derechos humanos propuestas por los Organismos de las Naciones Unidas apoyadas en significativas investigaciones oficiales dan cuenta de un progreso importante en materia indígena.
El desarrollo de los derechos indígenas en el derecho internacional implica que ninguna consideración acerca de esos derechos estaría completa sin la consideración del principio de libre determinación (Anaya, 2005). El principio de libre determinación responde a las demandas articuladas reiteradamente por los pueblos indígenas; pero, además, es un principio respaldado por instrumentos jurídico-internacionales numerosos y relevantes. Según Anaya, este es un principio consolidado en el derecho internacional consuetudinario, es obligatorio y universal, que no puede ni debe ser reivindicado sólo por los Estados, quienes se oponen tanto. Porque, a pesar de aquellas oposiciones paranoicas en el uso del concepto de libre determinación en referencia a los pueblos indígenas, ese término ya es un valor ampliamente compartido.

Esto quiere decir, primero, que el concepto de “libre determinación” es un principio fundamental en el derecho internacional, y no puede ser negado o rechazado por simple opción política. Segundo, que la naturaleza del principio de libre determinación está en su propiedad de ser un “derecho humano”, por tanto su aplicación es universal y debe entenderse que beneficia a todos los sectores de la humanidad. Tercero, aunque discutida la posición, los pueblos indígenas en virtud de su identidad diferenciada de otros pueblos son titulares del derecho a la libre determinación.

Los Estados se oponen a reconocer este derecho a los pueblos indígenas porque creen que se trata de una búsqueda de “estatalización”. La fuente de esta situación está, lo dijimos, en los procesos de descolonización de siglos pasados, por el cual los pueblos buscaban liberarse de una situación colonial. Es un error restringir el derecho a la libre determinación a la idea de estatalización, porque esta situación no es automática. Además, como advierte Anaya (2005), las normas que rigieron la descolonización no representan por sí mismas la “sustancia” del principio de libre determinación, sino que más bien suponen mediadas para “reparar” una desviación específica del principio, la de la condición colonial en su forma clásica.

De este modo, según el autor citado, el principio de libre determinación contiene dos aspectos: el sustantivo y el reparativo. En cuanto al aspecto “sustantivo” se puede establecer que contiene, a su vez, dos elementos normativos: 1) la capacidad que tiene el pueblo para otorgarse sus instituciones de gobierno, que refleje sustancialmente los procesos guiados por la voluntad del pueblo (aspecto constitutivo); 2) la libre determinación exige que el diseño de esas instituciones de gobierno propio le permitan al pueblo vivir y desarrollarse libremente de forma continuada (aspecto continuado).

Estas formas del principio de libre determinación, constitutiva y continuada, se corresponden con las dos partes del principio redactadas en el artículo 1 del Pacto de derechos civiles y políticos. El primero, constitutivo, en relación con el derecho a “determinar libremente su condición política”; y el segundo, continuado, en relación a la persecución libre de su “desarrollo económico, social y cultural”.

Algunas ideas finales al respecto. La primera, es que en el derecho internacional contemporáneo el principio o el derecho de libre determinación se aplica en alguna mediada a los pueblos indígenas. La segunda idea nos dice que el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas no se restringe automáticamente, ni principalmente, a la obtención de Estados independientes. Esto es así no sólo por voluntad de los pueblos indígenas, sino porque el principio en sí mismo (sustancialmente) no es restrictivo a ese fin. La tercera idea nos lleva a establecer que el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas no puede ser aplicado como sinónimo de “autonomía” o “autogobierno”, porque su existencia no depende de la demanda de los pueblos indígenas y la aceptación de los Estados como si se tratara de una concesión.

_______ A manera de conclusión

Volemos a la pregunta inicial: ¿autonomías o libre determinación para los pueblos indígenas? La diferencia es grande. Primeramente, el detentor del derecho a la libre determinación (para nuestro caso son los pueblos indígenas) puede definir su condición política libremente e independientemente de sus negociaciones con el Estado del que hace parte. Conserva el derecho inherente de ampliar sus campos de actividad bajo los límites dados por el derecho internacional y sus tratados. No pasa lo mismo con una entidad autónoma, quién queda vulnerable a las restricciones de su autoridad que el Estado le imponga unilateralmente.

El derecho a la libre determinación adquirida por los pueblos indígenas, les hace susceptibles, también, de adquirir la personalidad jurídica internacional. Lo cual les posibilita poder negociar con los Estados sobre la base de una igualdad, aunque formal. Es importante esta relación, sobre todo cuando se trata del acceso y control de los recursos naturales que forman parte fundamental para el desarrollo de un pueblo. Otra cualidad de la personalidad jurídica internacional adquirida por los pueblos indígenas, estaría en las posibilidades de apelar a la comunidad internacional para pedir protección frente a cualquier abuso del Estado, llegado el caso.

Para los pueblos indígenas, ser miembros de la comunidad internacional, representaría una participación más activa y significativa en foros internacionales donde se toman decisiones importantes que afectan su vida.

_______ Palabra India

Bien ahora desde la palabra y la perspectiva india hemos resuelto escuchar a nuestros hermanos y esta es la respuesta del hermano Hitorangi, luego de la presentación del documental presentado en la ONU de Nueva York, cuya dirección es de nuestro hermano Rapanui.

¿qué entienden los Rapanui por libre determinación y vivir en libertad?

Esto es bien claro para nosotros, el pueblo Rapanui, existe sin estar ligado a Chile, pero Chile a hecho de Rapanui, un esclavo de su sistema.

Nuestra tierra está a mas de 3.500 Km de Chile y es geográficamente aparte de la cultura de lo que es Chile continentalmente y Rapanui posee una civilización incomparable en la Polinesia, y Rapanui posee lengua propia, que se llama Rapanui, la isla se llama Rapanui.

Y nosotros no estamos buscando la determinación, porque nosotros tenemos determinación propia.(Hitorangui) Nosotros tenemos ese derecho inherente que todo pueblo indígena tiene, que son dueños de sus tierras y nuestra lucha es hacer entender no solamente al gobierno chileno, pero al mundo entero que existimos y que tenemos el derecho inherente de tener nuestra tierra, de luchar por nuestra tierra y que Chile se vaya de nuestra isla. Nosotros sobrevivimos 2.000 años antes que Chile llegara a Rapanui.

_______ Indianismo y anti indianismo

Ayar Quispe ( ha sido uno de los fundadores del Ejército Guerrillero Tupak Katari , en los Andes escribe: ( EGTK) ( Pukara).

El indianismo es la apropiación del colonizado de su propia identidad y de sus propios símbolos. El indigenismo es la visión del colonizador sobre el colonizado, que se traduce en la obligación de este para adoptar pensamientos y símbolos ajenos.

Al igual que hay enemigos del indio también hay enemigos del indianismo. Hoy y ayer o ayer y hoy, la fe en el indianismo ha sido (o es) objetada, infamada y estropeada por aquellos que tienen distinto signo ideológico. Estos son individuos acorralados entre sus dogmas y creencias; gentes llenas de prejuicios ancestrales; personas indiferentes e intolerantes con otras concepciones ideológicas. No quieren entender que el indio pueda tener su propia ideología y, peor, su propia organización política india. Sobre ello, se ha prestado poca atención y por eso nos toca discurrir sobre estos aspectos, pues no pueden quedarse en el olvido. Pero, más antes daremos nuestra propia visión sobre el término "indio" e "indígena".

El concepto "indio" y el término "indigena"

Tanto el término "indio" e "indígena", en los últimos años es considerado prácticamente como si fueran algo idénticos y por eso, su utilización es indiscriminada o no tiene límites marcados.

Por consiguiente, es necesario aclarar que en el pasado el uso de estos términos han tenido que sujetarse o vincularse a ciertas ideologías. En este sentido, Barre estaba en lo cierto al subrayar que "el empleo de uno u otro término responde generalmente a cierta ideología".

Entonces, el uso de cada término será la etiqueta funcional que pone matiz a corrientes de pensamientos e ideas. De ahí que los seguidores del indianismo preferirán para sus escritos y discursos políticos usar el término "indio".

En cambio, los partidarios del indigenismo se inclinarán más por la palabra "indígena". ¿Por qué es preferido para unos el empleo del término "indio" y para otros el de "indígena"?

La palabra «indio» fue utilizada por primera vez por Colón en su Diario el 17 de octubre de 1492, para referirse a los habitantes de las Antillas.

Con el transcurrir del tiempo esta calificación se ha vuelto peyorativo y va acompañada algunas veces de adjetivos negativos: indio bruto, indio sucio, indio animal…

Al percibir que este apelativo tiene un significado despectivo, los adeptos del indigenismo recurren al uso de la palabra "indígena" y expresan que esta acción realizada era conveniente, porque a parte de ser un vocablo nuevo, es neutro.

No ha sucedido lo mismo con los seguidores del indianismo, pues ellos prefirieron mantener o conservar el término "indio". Pese a su carga "despreciativa", lo han aprovechado para convertirlo en un término combativo, retomando las palabras de Domitila Quispe dichas en Azángaro, Perú (1922):

"Si con el nombre de indio nos oprimieron, con el nombre de indio nos vamos a liberar".

Ello es una forma de hacer suyo lo que es suyo, es decir el arma propia se vuelve en propia arma; arma de lucha para la liberación de los oprimidos.

Tanto así que, toda movilización política de contenido descolonizador será pronunciada y ejecutada bajo el término "indio".

Por otro lado, se podría señalar también que el grito de guerra de Domitila Quispe ha sufrido cierto trastrocamiento de valores, pues el término "indio" que ha sido utilizado, es reemplazado hábil y burlescamente por el de "perro".

El forjador de esta situación nada agradable e impropia, ha sido el antropólogo Diego Pacheco Balanza.

Veamos:

"Si con el nombre de indios nos oprimieron como indios nos vamos a liberar, simil de (voz actual):

"Si como perros los oprimieron como perros se van a liberar".

Pareciera ser que Pacheco aún continúa viviendo con la tara y atmósfera mental anti indio, al igual que sus antepasados; me refiero a aquellos que no trataban nunca al indio como persona, sino como un animal.

En otras palabras: son ideas "racistas" que aún perviven y se estrellan directamente contra el indio y más que todo, contra aquel que quiere utilizar el término «indio» para liberarse de la opresión secular.

A favor o en contra del indianismo.

Hablar de nuestra ideología es hablar del indianismo. Por eso, se hace ineludible el seguir hablando sobre esta corriente ideológica en este tiempo y espacio.

El indianismo es una construcción ideológica del propio indio y a partir de lo indio. Es decir, se toma lo indio (cultura y civilización) como factor primordial o bien superior para la liberación de los oprimidos, de los colonizados...

De ahí, que entre uno de sus puntos importantes y primordiales está el conseguir una repetición hacia adelante del Tawantinsuyu, más o menos semejante hacia atrás.

Esto es a nivel continental. En el caso nuestro, de los que vivimos en la mal llamada Bolivia, es lograr la reconstitución, a partir del presente, del Qullasuyu del pasado, pero modificado; vale decir, la reconstitución del Qullasuyu es la posibilidad de repetir la época de oro del pasado, del Qullasuyu ancestral, pero de distinta forma.

Son concepciones que rescatan el sentir y pensar de los indios. A la vez, constituyen la base y la máxima razón de ser del peso esencial, sentimental y existencial de lo indio y del indio.

En el pasado hubo también, por parte de las organizaciones políticas indianistas, la revalorización de planteamientos ideológicos del indio y lo indio, como ser: sociedad comunitaria, retorno al Tawantinsuyu, gobierno de las bayetas, poder indio…

Las mismas dieron como resultado claro que los indios abrieran anhelos, expectativas y esperanzas para su propia liberación. O sea, que el indio acepta, afirma y reivindica apasionadamente el indianismo.

Ante esta situación, los partidarios e intelectuales de organizaciones políticas, tanto de izquierda como de derecha, encontraron difícil de contener la emergencia del indianismo. Por eso, ellos elaboran una estrategia básicamente «racista». He aquí el texto de Diego Pacheco Balanza (1992), que se coloca en esta línea:

"¿Qué es el indianismo? Ni derecha ni izquierda. Nacionalismo indigenista. Racismo anti-blanco".

Obviamente, es un interés que no coincide con el interés del indianismo.

Es un interés que representa la posición (y los intereses) de quienes quieren disipar los esfuerzos políticos de aquellos que buscan la liberación bajo su propia ideología. Es decir, es una obstinación por romper el flirteo del indio (de los indios) con el indianismo. Además, lo que busca este accionar, es que seamos perennemente los partidarios y defensores de ideologías ajenas o colonialistas.

Pero esto no es todo. Se ha continuado usando malos medios en el pasado para combatir al enemigo ideológico y político.

Ahora estará dirigida primariamente contra las organizaciones políticas indianistas como el Movimiento Indio Tupaj Katari (MITKA).

En estas labores y en estas maquinaciones estuvieron comprometidos los intelectuales supuestamente llamados "indígenas".

Como uno de sus impulsores más preclaros, se puede señalar a Esteban Ticona Alejo, pues él se ha identificado sin reservas con el planteamiento de que el MITKA tiene una posición "racista", afirmando "que era por entonces la denominación que se daba a estas tendencias indianistas radicales".

Casi de forma análoga, Javier Hurtado del lado no indígena, nos expresa que el MITKA «desde una óptica racista, adoptó una posición electoral más independiente». Dentro de estas líneas de pensamiento tan estrechas, resulta fácil y obvio designar al MITKA bajo la nominación de "racista".

Pero, en lo que se dice hay posiblemente poca verdad, porque los motivos que llevaron a calificarlo de "racista" al MITKA, eran para restarle votos en las elecciones presidenciales de 1978.

Al respecto, existen voces que corroboran este hecho y las mismas vienen por parte del MITKA

"Los indios sabemos quiénes somos, qué terreno pisamos y a dónde vamos: ninguno que se crea todavía, amo y dueño de indios, minas y haciendas, nos hará desistir de nuestra lucha, atribuyéndonos calificativos infamantes y comentando socarronamente la presencia del MITKA en el otrora prohibido escenario político de la casta dominante (…). [Y además,] por no hallar un argumento valedero para seguir sojuzgando, ha optado por endosar su RACISMO al MITKA".

La disconformidad con el indianismo es la disconformidad con el indio.

Si uno está disconforme con el indianismo es porque le causa antipatía la propia posición, las propias aspiraciones e intereses políticos e ideológicos del indio.

Por este motivo, Víctor Hugo Cárdenas Conde tomando una actitud contra el indio, y más que todo contra el indianismo, plantea lo siguiente:

"El indianismo es, en cambio, un análisis, un discurso, una ideología y propuestas políticas que sobrevaloran el factor étnico. Por eso, los indianistas hablan de que el sujeto revolucionario es el indio frente al blanco. Yo no comparto esta posición.

Al no compartir que el "sujeto revolucionario" sea el indio, nos da entender que este puesto estaría designado o reservado absolutamente a otro.

Es la manera de conservar invariablemente al indio "...en su lugar» y mantener "el lugar" del no indio.

Con esto, nos hace notar que el indio se encuentra todavía poco preparado o poco maduro para «ser agente de la acción histórica...".

De ser correcta esta apreciación, el indio si quiere liberarse de su opresión, debería aceptar y apoyar a otro «sujeto revolucionario» que no sea el indio.

A todo esto y a todos los que defienden el paternalismo colonial, bien estaría recalcar que:

Negar la capacidad revolucionaria del indio es negar la capacidad de liberarnos como indios.

En la actualidad, que puedan existir y que en realidad existen afirmaciones contra el indianismo, es evidente; que existan no muchos, aunque constituyendo pocas personas, que son lo suficientemente capaces como para exteriorizar su antiindianismo, es cierto.

Por consiguiente, aquí conviene mencionar a Fernando Untoja Choque; él, escudándose en el anonimato, escribe el artículo titulado:

Dos indianistas atrapados en el pasado; en ella quiere demostrar mediante sus críticas, que tiene una "autoridad moral" suficientemente vigorosa y capaz de mellar, desacreditar y socavar al indianismo.

Esto es lo que dice:

"El indianismo es la nostalgia y reactividad del colonizado, víctima de la alienación que busca liberarse según los deseos del colonizador".

Son ideas trasnochadas y aberrantes.

El verdadero pensamiento político e ideológico del indianismo no está direccionado por ese lado; porque con el indianismo, el indio (el colonizado) no es "víctima de la alienación", sino contrasta contra todas las formas de "alienación" existentes y que menoscaban considerablemente al indio y lo indio; más bien, al rechazar la alienación lo que trata es revitalizar lo indio.

Tampoco "busca liberarse según los deseos del colonizador"; ya que los deseos del colonizador no son los deseos del colonizado.

O sea, los deseos del colonizador son los deseos del colonizador y los deseos del colonizado son los deseos del colonizado.

Uno siempre tiene la tendencia a oprimir y el otro a liberarse de su opresión.

Por tanto, la lucha de los partidarios del indianismo siempre va a ser por los oprimidos (por los colonizados) y por que tengan una sociedad más justa e igualitaria: la sociedad comunitaria de ayllus.

Por todo lo dicho hasta aquí, se concluye que el ideal del indianismo ha sufrido ataques ideológicos por parte de sus enemigos políticos; más que todo por los enemigos del indio y lo indio.

El resultado es la proyección de una imagen deformada, alterada y falseada de los indianistas y del indianismo.

Y con estas aviesas maniobras querían echar abajo las pretensiones políticas e ideológicas del indianismo:

la liberación de los oprimidos, de los colonizados, de los explotados…

Quienes nos niegan no tienen derecho a disponer de nuestra sangre.

Quienes desconocen y ni quieren escuchar nuestro pasado no tienen derecho a decidir de nuestro futuro.

Quienes no defienden nuestra nación no tienen derecho a obligarnos a defender sus ideologías.

Por eso nos sugiere que la “solución a nuestros problemas está bajo nuestros pies, no vendrá de lejos".

Entonces tienen que existir soluciones propias para problemas propios.

Finalizo con esto:

"Ser indianista es no ser racista y ser racista es no ser indianista".

Año 2008.

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La Palabra Indianista tendrá un lugar físico en Europa y se inaugurará en el verano del 2009, su lugar, Saelices (Cuenca) frente a la ciudad romana antigua de Segobriga en España. Los esperamos.
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