domingo, 17 de abril de 2011

Simón Rodríguez: Una propuesta para el futuro - César Núñez Torres. 17-04-2011

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Simón Rodríguez: Una propuesta para el futuro - César Núñez Torres *

Introducción

Simón Rodríguez, el venezolano encargado de la formación del libertador Simón Bolívar, es tal vez el primer americano que pensó y puso en práctica una educación para la América de su pupilo. La monarquía española se encargó de perseguir las ideas de Rodríguez de suerte que el exilio lo llevó a Europa en 1797. Allí recibió la influencia de las ideas pedagógicas de Rouseau. Una pedagogía en la libertad, en la acción, por y para la fraternidad y la duda.

Dentro de las propuestas de Simón Rodríguez existe una gran riqueza propia del visionario y sus ideas se acomodan perfectamente a estos días. Sus profecías se cumplen con respecto a la necesidad de crear o depender. De allí, la importancia de recuperar sus escritos y comenzar una evaluación de los mismos, pues es posible que la respuesta esté en el pasado. De todos modos, allí se crearon los ideales con los que se pensó construir la América.


“Hacen pasar al autor por loco. Déjesele trasmitir sus locuras a los padres que están por nacer.

Se ha de educar a todo el mundo sin distinción de razas ni colores. No nos alucinemos: sin educación popular, no habrá verdadera sociedad.

Instruir no es educar. Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen y tendrán quien haga.

Mandar recitar de memoria lo que no se entiende, es hacer papagayos. No se mande, en ningún caso, hacer a un niño nada que no tenga su «porque» al pie. Acostumbrado el niño a ver siempre la razón respaldando siempre las ordenes que recibe, la echa de menos cuando no la ve y pregunta por ella diciendo: «¿Por qué?». Enseñen a los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el porqué de lo que se les manda a hacer, se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad, como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.

En las escuelas deben estudiar juntos los niños y las niñas. Primero, porque así desde niños los hombres aprenden a respetar a las mujeres; y segundo, porque las mujeres aprenden a no tener miedo a los hombres.

Los varones deben aprender los tres oficios principales: albañilería, carpintería y herrería, porque con tierras, maderas y metales se hacen las cosas mas necesarias. Se ha de dar instrucción y oficio a las mujeres, para que no se prostituyan por necesidad, ni hagan del matrimonio una especulación para asegurar su subsistencia.

Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra. “.( Galeano 162)


Como sus nombres, tal vez sus ideas y sus vidas han tenido el mismo destino; simón el Libertador, y Simón el Maestro. Uno, con el sueño de la gran Colombia. El otro, con el ideal de la escuela, para la nueva gran Colombia: ambos en el olvido, tal vez uno solo.


“Bolívar le decía mi maestro, mi Sócrates. Le decía: Usted ha moldeado mi corazón para lo grande y lo hermoso. La gente aprieta los dientes, para no reírse, cuando el loco Rodríguez lanza sus peroratas sobre el trágico destino de estas tierras hispanoamericanas:

-¡Estamos ciegos! ¡Ciegos!”


Necesariamente, tenían que pensar igual. Simón, el maestro, había formado a su alumno en la ciencia, para conocer el mundo; en lo humano, para reconocer al otro; en lo social, para construir el mundo; en la teoría, para aprender y en la practica para lograr. Así, lo formó para la libertad.

Las ideas de Rosseau, leídas constantemente por Rodríguez generan una serie de planteamientos, para la escuela americana. Constantemente Don Simón sostiene, que las escuelas deben reunir dentro de sí todas las clases sociales, sobreponiéndose a la época plantea una educación para niños y niñas y sobre todo una educación que este en función de las necesidades reales e inmediatas, de desarrollo del país. es por eso que antepone a una educación tradicional de caballeros y frailes, una formación de albañiles, herreros y carpinteros, que son los apropiados para la época.

Para Simón Rodríguez la madurez política de un pueblo radica en su capacidad de pensar en y para el colectivo. Esto implica incluir al pueblo, en una educación que tenga la propiedad de construirse a sí misma, y construir implica perder el miedo, lo que solo se logra en la practica, en el hacer.


Como lo anota Galeano: “Con una escuela modelo en Chuquisaca, Simón Rodríguez inicia su tarea contra las mentiras y los miedos consagrados por la tradición. Chillan las beatas, graznan los doctores, aúllan los perros del escándalo: horror: el loco Rodríguez se propone mezclar a los niños de mejor cuna con los cholitos que hasta anoche dormían en la calle. ¿Qué pretende? ¿Quiere que los huérfanos lo lleven al cielo? ¿O los corrompe para que lo acompañen al infierno? En las aulas no se escucha el catequismo, ni latines de sacristía, ni reglas de gramática, sino un estrépito de sierras y martillos insoportable a los oídos de los frailes y leguleyos educados en el asco del trabajo manual. ¡Una escuela de putas y ladrones! Quienes creen que el cuerpo es una culpa y la mujer un adorno, ponen el grito en el cielo: En la escuela de don Simón niños y niñas se sientan juntos, todos pegoteados; y para colmo estudian jugando”.( Galeano 160)


Simón Rodríguez es el maestro que se construye a sí mismo; es también quien abre camino, pero, además, quien es consciente de su función política y de la necesidad de dejar escrito su pensamiento: “ha publicado un par de libros que nadie leyó. Con sus propias manos compuso los libros, letra a letra porque no hay tipógrafo que pueda con tantas llaves y cuadros sinópticos. Este viejo vagabundo, calvo y feo y barrigón, curtido por los soles, lleva a cuestas un baúl lleno de manuscritos condenados a la absoluta falta de dinero y de lectores. Ropa no carga. No tiene más que la puesta.”(Galeano 145)

Después de leer a Simón Rodríguez y ver las implicaciones de sus ideas se podría afirmar que la educación de hoy carece de sentido: no esta diseñada para construir sociedad, sino para ir contra ella, al formar para la competencia, para el desconocimiento del otro, para la supresión del otro. En Colombia, casi todos los maestros estamos a la caza de nuevas estrategias pedagógicas, nuevos modelos para estudiantes de éxito, no para una sociedad mejor y en muchos casos el imitar modelos se ha convertido en sinónimo de educar La América no debe imitar servilmente, sino ser original.


La sabiduría de la Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son, en América, dos enemigos de la libertad de pensar. Nada quieren las nuevas repúblicas admitir, que no traiga el pase... Los estadistas de esas naciones, no consultaron para sus instituciones sino la razón; y ésta la hallaron en su suelo.

¡ Imiten la originalidad, ya que tratan de imitar todo!

¿Dónde iremos a buscar modelos? Somos independientes, pero no libres; dueños del suelo, pero no de nosotros mismos.

Abramos la historia: y por lo que aun no esta escrito, lea cada uno en su memoria.


Siglo y medio llevan en reposo las ideas de los Simones. Al final de siglo, los europeos están construyendo una al consolidar la alianza de países. Nosotros seguimos buscando las herramientas pero aun no sabemos qué construir. Los dos visionarios siguen sin ser entendidos en esta tierra. Tal vez por eso, como en el fin de sus días, continúan estando solos: “Cada día está más solo don Simón. El más audaz, el más querible de los pensadores de América, cada día mas solo. A los ochenta años escribe: - «Yo quise hacer de la tierra un paraíso para todos. La hice un infierno para mí.»


Sería importante para América, en estos tiempos que hemos comenzado a pensar de nuevo en construir sociedad, en “renacer” la escuela, en reconstruirnos como maestros, reconocer en las ideas de Simón Rodríguez, un nuevo comienzo.


Bibliografía

Galeano, Eduardo. Memorias del Fuego II. Las caras y las mascara. TM Editores. 1895.


* César Núñez Torres. I.A. de la Universidad del Tolima. Especialista en docencia universitaria del convenio Universidad de la Habana Coruniversitaria. Director del área medioambiental del Centro de Humanidades de Coruniversitaria.



Extraído de: http://www.unibague.edu.co/~cesar.nunez/simon.htm

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