miércoles, 1 de mayo de 2013

Violencia Personal y Social - Felicidad Ausente o Felicidad Brillante e Inmortal - Omar Paladini


Violencia social ¿cual es su origen? ¿como erradicar esa violencia?

Mucha gente se plantea que soluciones dar ante los distintos hechos de violencia en nuestras sociedades. Hechos de violencia sufridos personalmente o en conflictos sociales.

En las sociedades capitalistas en las cuales vivimos, los mismos valores que nosotros sostenemos y que después se traducen en actos, son los que van generando esa violencia que se traduce en hechos crueles y trágicos.

Y terminan siendo crueles y trágicos ya que los valores capitalistas ponen al capital, al dinero y al poder como valor central y no a la gente.

Cuando un valor es central, sea cual sea este valor -tangible o intangible-, todo lo demás se supedita y gira en torno a el.

De ahí que las peores crueldades son cometidas a diario para acumular más bienes, más dinero, más poder, ya que, supuestamente, todos esos bienes, todo ese dinero, todo ese poder, nos van a hacer más felices.

Esa meta nunca se cumple por más que lleguemos a obtener lo que anhelábamos.

Y no se cumple si es que poníamos nuestra fe en el “objeto externo” -en el sentido de 'objeto de conciencia'-.

No es el objeto externo el que nos va a hacer sentir felices.

La felicidad, el sentirnos felices, con dicha, con alegría, optimistas en cuanto al futuro, no depende de ningún objeto externo.

Tiene más bien que ver esa felicidad con desde donde internamente nos relacionamos con ese objeto, desde que conceptos, desde que sentimientos, desde que imágenes nos relacionamos con ese objeto.

Si esa acción es llanamente egoísta sin tener en cuenta a los otros, se sufrirá y se generara sufrimiento en cada acto realizado, y la felicidad anhelada jamas podrá registrarse.

Si afinamos nuestros actos, si tenemos en cuenta a los demás en cada uno de ellos, si generamos una sociedad inclusiva para todos, y no para unos pocos que usufructúan el trabajo de todos, de la mayoría social desprotegida ante la explotación y el saqueo.

Si erradicamos la violencia que anida en nuestro interior, entonces si podremos erradicar la violencia social. Y podremos al expulsarla de nuestra vida acceder a esa felicidad brillante, a esa felicidad inmortal de la que hablaban los zoroastrianos hace algunos miles de años atrás en la antigua Persia.

No sera esa felicidad una felicidad oscura y egoísta en su mezquindad.

Sera una felicidad inmersa en la compasión y la bondad.

Compasión de registrar como propio el sufrimiento ajeno.

Bondad de “bon dar”, de buen dar, de dar lo bueno, de dar lo mejor de uno mismo a los demás.

No sera esta felicidad brillante e inmortal una felicidad pasajera, una felicidad de haber comprado un par de zapatos nuevos, y que a los pocos días se diluye junto con el brillo que no retorna poniéndole pomadas.

Sera esta una felicidad permanente, sin tiempo ni espacio, una felicidad que no genero a nuestro paso ni sufrimiento ni muerte.

Inmersos en una felicidad sin muerte, con vida, con plena vida permanente y fluida, una felicidad brillante e inmortal.

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Dedicado a Zarathustra y a los cuidadores del fuego que nunca se apaga
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