domingo, 22 de septiembre de 2013

Estados Internos: Luna Negra - Omar Paladini


"... Nunca confíes en lo que tu crees que son experiencias internas, 

porque solo cuando las sobrepases alcanzaras el conocimiento. 

Ellas están allí para engañarte...".

Bahauddin Naqshband

En los espacios internos altos la claridad nos ilumina.

Claro que en la subida hacia las alturas hay que estar muy atento a lo que se nos presenta, a lo que vamos experimentando. 


En la geografía interna es conveniente saber donde uno se encuentra aquí y ahora mismo,  y también tener conciencia.

En realidad conciencia siempre tenemos. Y si prestamos la debida atención podemos estar mejor conectados con ella y sus distintos niveles de trabajo.

Tener conciencia es caer en cuenta tanto lo positivo como lo negativo que vamos experimentando en los distintos senderos, caminos, y moradas que estamos transitando.

Muchas de estas experiencias son nuevas. Y fuertes. Con mucha carga emotiva.

Se puede llegar a esos espacios altos a través de un trabajo interno sostenido, o por accidente.

Por accidente se puede llegar a tener acceso a esos estados internos altos,

más en ese caso no se suele encontrar el camino de vuelta cuando ya no estamos en el mismo estado interno.

O peor aún es cuando caemos bruscamente hacia estados internos negativos, disociativos y contradictorios.

En estos casos extremos es común terminar bajo tratamiento psiquiátrico.


Hay casos accidentales de personas que internamente tienen experiencias significativas -significativas para quienes sí trabajan internamente-. El problema es que al no trabajar internamente no tienen forma de poderlas integrar a ese tipo de experiencias.

En algunos casos quizás quede de esas experiencias reminiscencias como de un sueño difuso.

En los casos más extremos, terminan en tratamientos psiquiátricos durante años.

Supongamos, para dar un ejemplo, que trabajando internamente entramos en un estado no habitual de conciencia, en un estado alterado de conciencia.

Si trabajamos internamente, entre otras cosas, sí o sí, trabajamos con la atención, y por lo tanto podemos tanto detectar el estado de conciencia en el que nos encontramos, así como que podemos salir de ese estado, llegado el caso, a voluntad.

Es decir, hay trabajo interno, y por lo tanto hay manejo del estado interno en que nos encontramos. De lo contrario somos manejados por el estado, y somos arrastrados hacia estados internos crepusculares.


La improvisación interna es lo que produce la bajada de esos espacios altos, a un par de pasos de la conciencia pura.

Suele ser muy decepcionante para quien tuvo ese tipo de experiencias haber estado a las puertas del paraíso y descender a la tierra de nuevo. 



Este estado interno no tiene energía "propia", así que en cuanto esa energía se gasta (más bien se podría decir desgasta, se tira a la basura), se produce "la caída" -en el mejor de los casos confusión y regresión a estados anteriores-.

Caída un tanto traumática suele ser, ya que al querer volver al mismo estado interno esto no suele funcionar;

y menos funciona si para acceder a ese estado interno se utilizó el ingerir alguna sustancia química, drogas que alteran el funcionamiento habitual de la mente -en esos casos no hay manejo desde el vamos, ya que somos manejados por la química alterada por "vía torcida"-.

La improvisación en esos casos provoca el descenso. Todo movimiento en ese lugar es falso, ya que estamos ante 
el caos aleatorio del pensamiento, movido por las imágenes desde el ensueño compensatorio a carencias mentales.

En ese sentido el maestro sufí Bahauddin Naqshband nos dice: "Nunca confíes en lo que tu crees que son experiencias internas, porque solo cuando las sobrepases alcanzaras el conocimiento. Ellas están allí para engañarte".

Dicho en términos de luz, es luz polarizada, es luz reflejada, por eso algunas personas le llaman a esta experiencia La Luna Negra. 


Esta experiencia es alegorizada como la seductora Lilith en el folclore judío. La seductora Lilith no dicho en sentido feminista o machista, o desde una moral farisea, formal y vacía de contenido, sino en el sentido de imágenes, de ensueños compensatorios que succionan nuestra energía vital restando y entorpeciendo el ascenso hacia la conciencia pura, hacia la plena conciencia.

Seducción de la experiencia que nos hace improvisar movimientos y derrochar el gran caudal de energía a la que tuvimos acceso, dicho en el sentido de succión de la energía desperdiciada no usada en la generación creativa que a través de la purificación del fuego emotivo profundo nos direcciona hacia un destino superior de luz y conciencia objetiva.

En ese tipo de experiencias solo queda estar relajado y no hacer nada. Hay que "parar la pelota" y observar con atención y conectados con nuestro centro de gravedad sin que las imágenes que se presentan ante nuestra conciencia nos impulsen a actuar. 


Toda la mecánica compensatoria a nuestras carencias va a estar actuando al máximo. Es el ensueño compensatorio a flor de piel.

Si hay deseos, que sean los de seguir el camino hacia lo alto, hacia la conciencia pura.

Louis Cattiaux en una ocasión hizo una pregunta fundamental para quienes están en el camino, en la senda hacia lo alto: "... ¿Quién se lavará en el fuego y en el agua a fin de volver a ser puro y blanco como la sal de la vida?...".

El maestro sufí Rumi lo expreso con suma claridad cuando dijo: "... Lo que te purifica es el camino correcto...".

Dicho de otra manera: Estamos ante el Núcleo de Ensueño Compensatorio (Luna Negra) y de las Estrellas Fijas (Ensueños Compensatorios Secundarios del Ciclo Vital -12 años por ciclo-)

En estos casos, sin atención hay hipnosis por la alta carga que estas imágenes llevan. 


El Abismo es también llamado este estado interno, y es la barrera en donde percibimos el mundo como dualidad, donde buscamos afuera de nosotros mismos lo que solo puede ser alcanzado con comprensión, con un conocimiento no dualista sino integral. Unidad en pensamiento, sentir, y acción. No contradicción. Unidad en triada integradora, más allá de la ilusoria dualidad.

Con atención hay manejo de este estado interno

(llamados Estados Ampliados de Conciencia, Estados No Ordinarios, o Estados Alterados)

y la energía con alta carga emotiva actúa como un fuego purificador si nos mantenemos en quietud y en equilibrio inestable en el proceso.


"... ¡Oh, Agni! ¡Fuego sagrado! ¡Fuego purificador! Tú que duermes en el leño y subes en llamas brillantes sobre el altar, tú eres el corazón del sacrificio, el vuelo osado de la plegaria, la chispa escondida en todas las cosas y el alma gloriosa del Sol...", dice en un himno védico.

Si en equilibrio inestable nos hemos mantenido atentos y tranquilos, la tenue luz de la aurora se ira haciendo presente en el horizonte mental.

Hay que esperar que amanezca, que salga la luz del sol. Esa luz sí ilumina con claridad.

La luz se abre paso. Más esa luz proyectada, imaginada, como proveniente de un "afuera", proviene de nuestro interior más profundo.

"Por las grietas se filtra la luz" dice un proverbio sufí inspirado en las enseñanzas de Rumi y de su maestro y guía Shams Tabrizi.

Desde el pecho se abre la grieta con su calidez característica no-bipólar si nos mantenemos atentos y en paz, tranquilos y relajados en espera del amanecer de la conciencia que ilumina el horizonte de la vida plena.

Estar atento, con un buen nivel atencional, es esencial para no patinarse y caer internamente.

Por eso es que Buddha dice: “... La atención es el camino hacia la inmortalidad; la inatención es el sendero hacia la muerte. Los que están atentos no mueren; los inatentos son como si ya hubieran muerto...”, y agrega: 


"... El monje que se deleita en la atención y observa con temor la inatención, no es tendente a la caída. Está en presencia del Nirvana...".

Hay dos Lunas Negras: Con atención, y sin atención. 

Con atención: Interesante. Sin atención: Peligroso, peligroso.

En realidad, como estado interno hay una sola Luna Negra.

La diferencia está dada por la atención.

Sin atención hay succión de las imágenes por la alta carga de energía que estas toman.

Los ensueños compensatorios profundos se disparan succionando el gran caudal de energía disponible.

Los ensueños compensatorios como un "Satanás" nos tientan con sus imágenes de riqueza, de poder, de prestigio social y de placeres sin límites. 

La tentación es el desvío del propósito y el sentido que nos llevo hasta allí.

No se puede frenar y regular la actividad que estemos realizando si no estamos atentos y relajados.

Sin atención no hay manejo de la situación, sino actos reflejos.

"Para ver la luna que no se puede ver, vuelve tus ojos hacia el interior y obsérvate, en el Silencio", 

nos dijo poéticamente el maestro sufí Yalal ad-Din Rumi.

En "El Secreto de la Flor de Oro", en la sección donde se marcan los errores en el curso circular de la luz, e
l maestro Lü Dsu dice:

"... no se debe caer en el mundo fascinante. El mundo fascinante es donde las cinco clases de demonios oscuros hacen de las suyas...". 

 Y nos aclara luego que, más allá de tropiezos y confusiones, 

"... Cuando se conoce el camino erróneo, entonces se puede indagar los signos confirmativos.

El sentido de esa sección es llamar la atención sobre los caminos erróneos en la meditación a fin de que uno llegue al espacio de la fuerza y no a la caverna de la fantasía. 

Éste es el mundo de los demonios...".

Tras el proceso de purificación de los contenidos internos y su carga de ensueños compensatorios de carencias ilusorias, 

la energía se va liberando apoyada en planificaciones y propósitos de más vuelo, 

y el camino de las posibilidades se abre desde un nivel de conciencia más claro y luminoso. 

Luz ya no simple reflejo, sino luz propia, portadores de luz; luz que aflora desde lo profundo 

y se va proyectando en el mundo como posibilidad de liberación de los condicionamientos.

Si podemos estar atentos y regular las cargas es fruto de la atención, 

y ya no nos manejan las imágenes como títeres patéticos -ha amanecido-.

Poder frenar y acelerar a voluntad en la actividad interna y/o externa que estemos realizando es un buen indicador.

Ahí sí, "sigue adelante, no te detengas" (1).

"No se llega al alba sino por el sendero de la noche...". Khalil Gibran
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Nota - 1. Del "Libro de la salida a la luz del día” egipcio, si mal no recuerdo.
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Texto ampliado el 15/11/2018 - 00:15 Hs.
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